miércoles, 9 de noviembre de 2016

FAMILIARES DE ERNESTO DELIGNY EN THARSIS



El pasado sábado, 5 de  Noviembre, tuvimos el placer de recibir a familiares de Ernesto Deligny, pionero de la minería en la provincia. Tres de sus tataranietos viajaron desde París para encontrarse con Amigos de Tharsis y visitar lugares que el ingeniero francés recorriera en 1853.
En los contactos que mantuvimos, vía e-mail, le informamos que estos lugares,  a nuestro entender, eran tres: el monte Tarse, la Sabina, y el Lagunazo. Así se lo hicimos saber para acompañarles en este recorrido y les pareció bien. No sabíamos del motivo concreto de su visita, aparte de querer conocer este remoto lugar alejado de rutas turísticas. Sí nos demandaban, que en la visita pudiéramos intercambiar información en inglés o francés, nada de español. Aquí empezó nuestro problema, encontrar alguien que manejara estos idiomas a un buen nivel, para dar y recibir información precisa. Recurrimos a quien domina bien el inglés, pero a última hora nos comunicó que no podía acompañarnos, y deprisa y corriendo nos pusimos a localizar un intérprete.
Esta visita la teníamos considerada muy importante, pues a través de estos familiares, y de la importancia para nosotros de su antepasado, podríamos conocer algo más de nuestra historia. Al final nos acompañó una persona bien conocida en Tharsis, francés de nacionalidad  pero español de adopción, Roger Roland Jund. Para el que no tengo más que palabras de agradecimiento, porque sin su colaboración la información que hemos intercambiado no habría sido la misma,  y nos va a permitir que la familia Deligny siga colaborando en el futuro con nosotros.
Le propusimos vernos el sábado a las 11 AM en un lugar céntrico como el museo. Allí se presentaron, y después de las presentaciones y los saludos de rigor me obsequiaron con una fotografía de Ernesto Deligny de 1894. También nos informaron  que están escribiendo una biografía de su abuelo.

El personal del museo le ofreció la posibilidad de girar una visita, donde le mostraron libros de contabilidad de la etapa francesa de Tharsis.
A continuación marchamos a la primera etapa de nuestro itinerario, el monte Tarse (La Divisa). Pasamos  primero por los miradores de Filón Norte y Sierra Bullones. Llegados al monte Tarse le recordamos el simbolismo de aquel lugar, donde el nombre, por decisión de Deligny, pasó a mencionar las minas y después al poblado. Desde su cumbre intuía la importancia minera del lugar y el futuro prometedor que imaginaba. Miramos a los puntos cardinales que relata en sus apuntes: al Nordeste Rio Tinto, San Miguel, Calañas. Al Sureste, Huelva. Y al Sur, Cartaya.
Continuando con nuestro recorrido pasamos por Filón Sur y uno de los escoriales fenicios visitados en su época por Deligny. El Cementerio de los ingleses a nuestra derecha, y saliendo  por la  A-495 llegamos a la Sabina.
Nos había llovido durante el recorrido, y aquí, a la entrada de la galería,  arreció  la lluvia. Optamos  por traspasar la alambrada, en parte para protegernos de la lluvia, pero en parte también, para que estos descendientes suyos, venidos de París, cruzaran la entrada que tantas veces debió transitar su antepasado. La Sabina es el más claro ejemplo de su labor pionera. Despertando en el siglo XIX el interés  por nuestra minería más allá de nuestras fronteras. 


Refugiados en su interior, le explicamos el fracaso minero de esta acometida, pues durante su construcción no encontró los filones de mineral que pensaba. Constituyendo un revés para la   sociedad que dirigía Duclerc, y para él, incluso quebranto económico personal.
Desde allí salimos para visitar el Lagunazo. Como la meteorología era de lo más impredecible, estando en el mirador nos cayó una buena tormenta. Mojados, corrimos a los coches, y cuando decidimos, con los vehículos en marcha, dar por finalizada la visita, cesó la lluvia y volvió a salir el sol. Por lo que continuamos con el recorrido. El acceso al Alosnito no es posible. Donde los restos de las construcciones están invadidos por la maleza, y apenas se distingue el trazado de su planificado urbanismo.

Terminada la visita, optamos por almorzar. Y entre comida y sobremesa, el Señor Gervais contestó amablemente a nuestras preguntas. Nos despedimos a las puertas del restaurante y quedamos  emplazados a seguir en contacto.