miércoles, 18 de mayo de 2016

FOTOS AÑOS 60



Circula por Tharsis una colección de fotografías facilitadas, al parecer, por un familiar de algún directivo de la empresa minera.
Se contemplan distintas escenas del trabajo diario con camiones y excavadoras en Filón Norte. Tareas de perforación, o trabajos mecánicos en Talleres.
Aunque las fotografías no son muy antiguas, pues se pudieron tomar entre finales de los
60 y principios de los 70, cuando los Velge y Strauss estaban al frente de la empresa; sí reflejan, a nuestro parecer, el final de una etapa de prosperidad, que no por menos anunciada estaba ya  detectada; que desembocaría en la gran crisis de los años 80.
Años de prosperidad, no sólo en las tareas propias de la minería. Recordemos también otras actividades propiciadas por la empresa, con ayuda estatal en algunos casos y en otros no. Las agropecuarias en la Tiesa. La construcción de viviendas, que llegó a emplear mucha mano de obra para trabajos en Tharsis y Alosno. La reparación de los puentes del ferrocarril, en los trazados desde Tharsis y desde la Zarza
Se diseñaron  grandes proyectos para elevar la producción de pirita, que pasaba por la unión de Sierra Bullones con Filón Norte. El desplazamiento de la población, empezando por el Casino Viejo.
En Filón Norte los sondeos aseguraban reservas de mineral para muchos años. El transporte de mineral se hacía  con las nuevas locomotoras Alsthom, que habían desplazado  la tracción vapor. El futuro se veía tan halagüeño que se invirtió en nuevos camiones, excavadoras, y locomotoras. Hasta se hizo el pedido para la Alsthom Nº 72 que nunca llegaría a Tharsis.
Pero como la materia prima para la obtención del ácido sulfúrico se desplazó a un subproducto de las refinerías, y los metales nobles que contiene lo son en proporción nada rentables, los nubarrones de la crisis  aparecieron en el horizonte.
También la entrada en la Comunidad Europea tenía sus contrapartidas, y al acceder a un mercado global, la subvención para seguir vendiendo nuestra pirita en vez de la que se producía en otros países a menor coste, desapareció. Fertiberia dejó de ser nuestro obligado cliente, lo que acabó por finiquitar una  actividad que había comenzado 146 años antes. 
Al desaparecer la minería arrastró en su caída ilusiones y futuro. Cogió a líderes e instituciones con deberes por hacer y la juventud quedó expuesta a la incertidumbre, el desarraigo y la emigración.
Ni el traspaso de todas las concesiones mineras a los propios trabajadores, que pasaron a ser dueños de yacimientos e instalaciones, constituidos en sociedad anónima laboral, iban a evitar el fin de la minería.   
Aunque se quiso exprimir  el “monocultivo” que se seguía practicando entonces, cuando ya vivíamos en democracia y siendo dueños de nuestras competencias. No podía haber continuidad, y sin alternativas, la muerte anunciada llegó al fin.
Estas fotografías nos hacen recordar aquella etapa, pero debería servir no sólo para saber donde están nuestras raíces, también para reconocer cuan irresponsables hemos sido con nuestra historia, con nuestro patrimonio; que ha sido vendido o arrasado. También, para aprender que los problemas, al menos en el aspecto económico, casi nunca se presentan de golpe, siempre hay pequeños indicios, llamadas de atención, que a un observador atento le puede advertir lo que está por llegar. Desde hace años, somos nosotros, quienes libremente designamos a quienes queremos poner al frente de nuestras instituciones.