martes, 20 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD


Que en estas fechas podamos también reunirnos con nuestros seres queridos. Que la salud nos acompañe, y que en el nuevo año se cumplan nuestros deseos.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Ferrocarril de Tharsis al Odiel


Os dejamos un interesante documento sobre el ferrocarril de Tharsis al río Odiel, rescatado de un Copiador de cartas, y recogida en el tomo que abarca las fechas: Diciembre 1868-Marzo 1871. Aunque la caligrafía es excelente, la antigüedad del documento y su conservación hacen ilegibles algunas palabras. En esos casos quedan sustituidas por interrogantes.
Ya que el documento tiene cierta extensión, lo publicaremos en varias entregas.

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Ferrocarril desde Tharsis al río Odiel.
Organización de Servicio y cuadro del Personal.


TRACCIÓN Y MOVIMIENTOS.

Según se demuestra por los cálculos relativos a las máquinas, que acompañan a esta memoria, el máximo de peso que puede remolcarse desde Corrales a Tharsis con las máquinas de dos ejes es de 85 toneladas, peso bruto. (Apéndice B).

Este resultado teórico se ha comprobado con experimentos prácticos, de los cuales he dado conocimiento al Señor Le Bourg en carta de 28 abril 1870, de la cual se acompañe copia. (Apéndice C).

No obstante, ni el estado de las máquinas y vías es siempre tan favorable como lo era el día citado, ni la velocidad de quince kilómetros por hora es hoy suficiente para hacer durante el día el número de trenes necesarios para el embarque, ni puede finalmente sostenerse con regularidad durante mucho tiempo un servicio para el cual se presupone que las máquinas han de prestar constantemente el máximum de su fuerza.

Así pues,  para el cuadro de marcha que se propone se adopta una velocidad media de 20 km/h, y se reduce el número de unidades (vehículos) de cada tren a 14 vagones y el furgón.
Pudiera aumentarse la velocidad en el cuarto trayecto (entre Fuente Salada y Corrales) hasta 25 km/h, pero al no hacerlo así se ha tenido en cuenta la parada y maniobra del Fraile, que va incluida en el tiempo total.

Respecto de las máquinas de tres ejes no me es posible fijar su potencia de tracción con entera  seguridad, porque han hecho constantemente servicio en la primera sección bajo las órdenes de M  Down, e ignoro sus condiciones; pero por los resultados experimentales que proporcionan los partes diarios de estaciones, y por las indicaciones del Señor Down se pueden establecer que con una velocidad de 25 kilómetros hora puede remolcar en los puntos difíciles de la línea 19 vagones y el furgón.
Así pues, suponiendo constantemente en servicio dos máquinas grandes y 4 de dos ejes (como término medio por causa de reparaciones, etc.) El transporte diario con el cuadro que se propone de nueve trenes, y adoptando como carga media de un vagón de mineral 4.700 kilos,
es de: (3 viajes X 19 vagones + 6 viajes X 14 vagones)4.700 = 662.700
lo cual da en 26 días de cada mes 17.200.2000, o sean 206.762.400 al año.

Este transporte no parece suficiente para el embarque en 1871, y por eso se ha aumentado un tren más excepcional  (señalado con puntos) para el caso que este mínimo de transporte  no pudiera aumentarse.

Pero con la introducción de otra máquina de tres ejes, el servicio podrá efectuarse la mayor parte del año con 4 máquinas grandes y dos chicas en cuyo caso el transporte estará representado por: (6 x 19 + 3 x 14) 4.700 = 733.200. O sea, al año 228.758.400

Además, para este cálculo no se tiene en cuenta el transporte de cáscara y cobre,  que se efectúa en los furgones, y que representa un total de 3 a 4 mil toneladas.
Atendiendo a estas últimas consideraciones, y a la probabilidad de aumentar en muchos casos un vagón cuando el estado de las máquinas y vía lo permitan, parece suficiente para el movimiento de la Línea el cuadro de marcha que sirve de base para la plantilla del personal, y que se adjunta. (Apéndice D. E. F).

No se añaden observaciones respecto a la marcha de trenes, cruzamientos y paradas en estaciones, distribución de máquinas, etc., porque los cuadros gráficos y el numérico contienen todos los detalles necesarios.

Por ellos puede verse: que el servicio exige  seis máquinas; que el tiempo de servicio para cada una es de doce horas; que recorren un trayecto máximo de 180 kilómetros y mínimo de 135 por día; que no teniendo lugar los dos últimos trenes excepcionales (19 y 20) todas las máquinas alternan de depósitos, siendo por lo tanto examinadas igualmente por el Jefe de Depósito en Corrales; y finalmente que esta circunstancia permite llevar siempre al taller de Tharsis las máquinas que exijan reparación sin alterar el cuadro de marcha.

En los cruzamientos las paradas son de diez minutos, con objeto de tomar agua, picar el fuego, engrasar las máquinas, etc., y además para que los pequeños retrasos de cinco o seis minutos no influyan en la marcha general y horas reglamentarias de los demás trenes. En las estaciones extremas (Tharsis y Corrales) el reposo mínimo es de una hora catorce minutos, lo cual da tiempo para la descarga y cargas de vagones, cuando sea necesario formar el tren descendente con el mismo material del ascendente o viceversa, como acaece frecuentemente en la actualidad.
Personal necesario.                           
                                                                                             Número         Sueldo            Total                                                                                                                   
Maquinistas.  (Servicio  de la Línea)                                      6                    900               5.400
Maquinistas   (Maniobras en Corrales)                                   1                    600                  600
Maquinista de reserva (a)                                                        2                    750               1.500
Maquinistas (Muelle de La Punta)                                          1                    600                  600
Fogoneros (b)                                                                         10                   400               4.000
Engrasadores                                                                            3                   210                  630
Limpiadores y fogoneros de noche                                          6                   300               1.800
Lampista                                                                                   1                   210                  210
Conductores de tren                                                                 6                   416                2.496
Guardafrenos (c)                                                                     27                   300               8.100
Bomberos                                                                                 8                    210               1.680
                                                                                                 Total por mes                  27.016
Observaciones.
(a) Los maquinistas de reserva tienen el cargo de reemplazar los enfermos o ausentes. En tanto no prestan este servicio son ajustadores en el taller.
(b) se cuenta como fogoneros  de reserva  dos obreros del taller.
(c) los trenes de quince unidades llevarán tres guardafrenos; los de 20, cuatro  guardafrenos; tres en el servicio de maniobras y dos en el muelle.

DEPÓSITO Y TALLER EN CORRALES.

Los talleres de Tharsis ejecutan todas las grandes reparaciones y demás trabajos de importancia; y toda vez  que en ellos no hay una sección exclusivamente destinada al servicio del camino de hierro, claro es que estos trabajos serán valorados mensualmente por el jefe del taller, e intervenida la cuenta por el jefe del depósito para que sea  cargo contra el ferrocarril. Pero la existencia de estos talleres no obsta para que en Corrales  sea también necesario  un pequeño taller de reparaciones, en el cual puedan ejecutarse los trabajos de fragua, ajuste y carpintería, que no exija que las máquinas vayan a Tharsis.

En efecto; en el depósito de Corrales existen diariamente tres máquinas de servicio general, una  de maniobra, una del muelle, y una de reserva. Total, tres  máquinas, a las cuales debe agregarse dos grúas de vapor en el embarcadero, y una máquina fija en Corrales para  alimentación  de las mismas.
Si en  Corrales no hay taller, claro es que la más ligera falta de una máquina (fuga de vapor, ajuste de cojinetes, rotura de una placa de ballesta, gancho de tracción, etc. etc.) exige que la máquina vaya a Tharsis; y si la avería es de tal naturaleza que no permite el encendido de la máquina, es necesario que vaya remolcada con perjuicio del servicio de vagones.

Si este sistema se hubiera seguido (como en un principio se ha verificado), ni habría máquinas en número suficiente para el transporte actual, ni habría tren alguno en que no fuera preciso remolcar un vagón inútil o una máquina en estado de reparación.

La máquina de servicio exclusivo del muelle tendría  que recorrer 94 kilómetros inútilmente para ser reparada, y si cada ligera descompresión en las grúas  de vapor o en las  máquina fijas sería necesario pedir obreros y herramientas al taller de Tharsis con pérdida de tiempo y jornales, e interrupciones en el servicio a cada momento. Si con respecto al servicio de tracción


Continuará…

miércoles, 9 de noviembre de 2016

FAMILIARES DE ERNESTO DELIGNY EN THARSIS



El pasado sábado, 5 de  Noviembre, tuvimos el placer de recibir a familiares de Ernesto Deligny, pionero de la minería en la provincia. Tres de sus tataranietos viajaron desde París para encontrarse con Amigos de Tharsis y visitar lugares que el ingeniero francés recorriera en 1853.
En los contactos que mantuvimos, vía e-mail, le informamos que estos lugares,  a nuestro entender, eran tres: el monte Tarse, la Sabina, y el Lagunazo. Así se lo hicimos saber para acompañarles en este recorrido y les pareció bien. No sabíamos del motivo concreto de su visita, aparte de querer conocer este remoto lugar alejado de rutas turísticas. Sí nos demandaban, que en la visita pudiéramos intercambiar información en inglés o francés, nada de español. Aquí empezó nuestro problema, encontrar alguien que manejara estos idiomas a un buen nivel, para dar y recibir información precisa. Recurrimos a quien domina bien el inglés, pero a última hora nos comunicó que no podía acompañarnos, y deprisa y corriendo nos pusimos a localizar un intérprete.
Esta visita la teníamos considerada muy importante, pues a través de estos familiares, y de la importancia para nosotros de su antepasado, podríamos conocer algo más de nuestra historia. Al final nos acompañó una persona bien conocida en Tharsis, francés de nacionalidad  pero español de adopción, Roger Roland Jund. Para el que no tengo más que palabras de agradecimiento, porque sin su colaboración la información que hemos intercambiado no habría sido la misma,  y nos va a permitir que la familia Deligny siga colaborando en el futuro con nosotros.
Le propusimos vernos el sábado a las 11 AM en un lugar céntrico como el museo. Allí se presentaron, y después de las presentaciones y los saludos de rigor me obsequiaron con una fotografía de Ernesto Deligny de 1894. También nos informaron  que están escribiendo una biografía de su abuelo.

El personal del museo le ofreció la posibilidad de girar una visita, donde le mostraron libros de contabilidad de la etapa francesa de Tharsis.
A continuación marchamos a la primera etapa de nuestro itinerario, el monte Tarse (La Divisa). Pasamos  primero por los miradores de Filón Norte y Sierra Bullones. Llegados al monte Tarse le recordamos el simbolismo de aquel lugar, donde el nombre, por decisión de Deligny, pasó a mencionar las minas y después al poblado. Desde su cumbre intuía la importancia minera del lugar y el futuro prometedor que imaginaba. Miramos a los puntos cardinales que relata en sus apuntes: al Nordeste Rio Tinto, San Miguel, Calañas. Al Sureste, Huelva. Y al Sur, Cartaya.
Continuando con nuestro recorrido pasamos por Filón Sur y uno de los escoriales fenicios visitados en su época por Deligny. El Cementerio de los ingleses a nuestra derecha, y saliendo  por la  A-495 llegamos a la Sabina.
Nos había llovido durante el recorrido, y aquí, a la entrada de la galería,  arreció  la lluvia. Optamos  por traspasar la alambrada, en parte para protegernos de la lluvia, pero en parte también, para que estos descendientes suyos, venidos de París, cruzaran la entrada que tantas veces debió transitar su antepasado. La Sabina es el más claro ejemplo de su labor pionera. Despertando en el siglo XIX el interés  por nuestra minería más allá de nuestras fronteras. 


Refugiados en su interior, le explicamos el fracaso minero de esta acometida, pues durante su construcción no encontró los filones de mineral que pensaba. Constituyendo un revés para la   sociedad que dirigía Duclerc, y para él, incluso quebranto económico personal.
Desde allí salimos para visitar el Lagunazo. Como la meteorología era de lo más impredecible, estando en el mirador nos cayó una buena tormenta. Mojados, corrimos a los coches, y cuando decidimos, con los vehículos en marcha, dar por finalizada la visita, cesó la lluvia y volvió a salir el sol. Por lo que continuamos con el recorrido. El acceso al Alosnito no es posible. Donde los restos de las construcciones están invadidos por la maleza, y apenas se distingue el trazado de su planificado urbanismo.

Terminada la visita, optamos por almorzar. Y entre comida y sobremesa, el Señor Gervais contestó amablemente a nuestras preguntas. Nos despedimos a las puertas del restaurante y quedamos  emplazados a seguir en contacto.


miércoles, 5 de octubre de 2016

"Calígula" en Tharsis

Quienes hayáis visitado el museo de Huelva habréis visto a la entrada el torso de una estatua con indumentaria militar, que bien representaría a un alto personaje de la Hispania Romana. Los detallados adornos esculpidos en el mármol denotan la importancia de la escultura.
Esa misma importancia, creemos, debería tener la población donde fue expuesta, y donde otros muchos restos arqueológicos dan fe de un asentamiento romano en Tharsis. Aunque otros restos  hallados confirman la explotación de las minas antes de la dominación romana, no fue hasta la etapa de la Hispania Romana, que dio comienzo unos 200 años a. de C. cuando la minería, en esta parte del Andévalo, alcanza su más alto grado de planificación y desarrollo. Con la utilización de ingenios que permitían elevar la producción.
Estos hallazgos arqueológicos, desde cerámicas, estatuas, tumbas y utensilios; manifiestan el grado de organización y estatus que se disfrutaba en la zona, y donde algunos investigadores sitúan  la mansio Ad Rvbras del Itinerario Antonino. 
Con la invasión musulmana se abandona  totalmente la actividad, y tienen que pasar varios siglos hasta que el duque de Glücksberg encargue al ingeniero de ferrocarriles Deligny, que visite la zona.
Descubrir restos arqueológicos durante una actividad laboral es algo fortuito, y las empresas mineras establecidas aquí desde el siglo XIX, tenían como interés prioritario la explotación de la pirita, y cuestiones históricas no le iban a impedir continuar con su cometido.
Tampoco el interés por estas cosas de nuestros antepasados es el que se tiene hoy día, pero lo cierto es, que muchos mineros del siglo XX ya, fueron protagonistas de estos hallazgos. En el desempeño de sus trabajos descubrieron tumbas, estatuas, y cerámicas. Algunos conservados y expuestos para admiración de  todos. Otros en manos privadas.
Alguien que participó en estos hallazgos fue Francisco González Pérez (Francisco “Pura”. Tharsis 1935). Al mando de una 33 Ruston Bucyrus, cuando realizaba trabajos de desmonte en Filón Sur, al remover con el cazo un pozo romano, cayó por la pendiente del banco una piedra de un color distinto a las del terreno, y que por sus rasgos y dimensiones parecían la cabeza de una estatua.
El peón que acompaña  al conductor de la excavadora, también se percató del descubrimiento y acudió a comunicarlo al encargado del grupo, Miguel Viñas, para que se hiciera cargo del busto, que aparecía cubierto y sucio de tierra. Él y el peón, estuvieron atentos a las siguientes maniobras de la excavadora por si aparecían más restos. Este busto está depositado en el Museo de Huelva, y una vez restaurado y catalogado, pertenece al Emperador Cayo Cesar, “Calígula” (año 12 al 41)
Muchos otros hallazgos se han venido produciendo en Tharsis desde antiguo, principalmente por Filón Sur. El empleo de maquinaria pesada que toda actividad minera requiere, permite acceder  rápidamente a las labores que por distintas circunstancias dejaron inacabadas los antiguos: baja ley del mineral, dificultades técnicas, o fin de la actividad. Y los estratos que no fueron explotados durante tantos siglos, han sido descubiertos por  los mineros modernos con sus imponentes máquinas.
Estas tareas, que durante más de 140 años se ha venido desarrollando en Tharsis, ha podido poner al descubierto muchos otros restos arqueológicos que, o bien han sido arrasados, o convertidos en estéril.

Francisco “Pura”, al igual que otros  obreros de la Compañía, empezaron a trabajar bien jóvenes. Eran épocas del pleno empleo y ayudar a la economía doméstica era casi una necesidad. En su caso, el “maestro” fue su padre, Pedro “el pescador”, que lo tuvo a su servicio como peón, y se fue habituando a verse entre maquinas, cables, y camiones. De su padre recuerda también los muchos restos arqueológicos que se descubrían manejando la excavadora, pues durante el tiempo que estuvo acarreado tierras auríferas para la Planta del Oro, más de una vez le llevaba a casa alguna “lucerna” que había encontrado. Así se fue introduciendo en el oficio que le traspasaría años más tarde, conductor de una Ruston. Oficio del que se jubiló en 1999.

miércoles, 18 de mayo de 2016

FOTOS AÑOS 60



Circula por Tharsis una colección de fotografías facilitadas, al parecer, por un familiar de algún directivo de la empresa minera.
Se contemplan distintas escenas del trabajo diario con camiones y excavadoras en Filón Norte. Tareas de perforación, o trabajos mecánicos en Talleres.
Aunque las fotografías no son muy antiguas, pues se pudieron tomar entre finales de los
60 y principios de los 70, cuando los Velge y Strauss estaban al frente de la empresa; sí reflejan, a nuestro parecer, el final de una etapa de prosperidad, que no por menos anunciada estaba ya  detectada; que desembocaría en la gran crisis de los años 80.
Años de prosperidad, no sólo en las tareas propias de la minería. Recordemos también otras actividades propiciadas por la empresa, con ayuda estatal en algunos casos y en otros no. Las agropecuarias en la Tiesa. La construcción de viviendas, que llegó a emplear mucha mano de obra para trabajos en Tharsis y Alosno. La reparación de los puentes del ferrocarril, en los trazados desde Tharsis y desde la Zarza
Se diseñaron  grandes proyectos para elevar la producción de pirita, que pasaba por la unión de Sierra Bullones con Filón Norte. El desplazamiento de la población, empezando por el Casino Viejo.
En Filón Norte los sondeos aseguraban reservas de mineral para muchos años. El transporte de mineral se hacía  con las nuevas locomotoras Alsthom, que habían desplazado  la tracción vapor. El futuro se veía tan halagüeño que se invirtió en nuevos camiones, excavadoras, y locomotoras. Hasta se hizo el pedido para la Alsthom Nº 72 que nunca llegaría a Tharsis.
Pero como la materia prima para la obtención del ácido sulfúrico se desplazó a un subproducto de las refinerías, y los metales nobles que contiene lo son en proporción nada rentables, los nubarrones de la crisis  aparecieron en el horizonte.
También la entrada en la Comunidad Europea tenía sus contrapartidas, y al acceder a un mercado global, la subvención para seguir vendiendo nuestra pirita en vez de la que se producía en otros países a menor coste, desapareció. Fertiberia dejó de ser nuestro obligado cliente, lo que acabó por finiquitar una  actividad que había comenzado 146 años antes. 
Al desaparecer la minería arrastró en su caída ilusiones y futuro. Cogió a líderes e instituciones con deberes por hacer y la juventud quedó expuesta a la incertidumbre, el desarraigo y la emigración.
Ni el traspaso de todas las concesiones mineras a los propios trabajadores, que pasaron a ser dueños de yacimientos e instalaciones, constituidos en sociedad anónima laboral, iban a evitar el fin de la minería.   
Aunque se quiso exprimir  el “monocultivo” que se seguía practicando entonces, cuando ya vivíamos en democracia y siendo dueños de nuestras competencias. No podía haber continuidad, y sin alternativas, la muerte anunciada llegó al fin.
Estas fotografías nos hacen recordar aquella etapa, pero debería servir no sólo para saber donde están nuestras raíces, también para reconocer cuan irresponsables hemos sido con nuestra historia, con nuestro patrimonio; que ha sido vendido o arrasado. También, para aprender que los problemas, al menos en el aspecto económico, casi nunca se presentan de golpe, siempre hay pequeños indicios, llamadas de atención, que a un observador atento le puede advertir lo que está por llegar. Desde hace años, somos nosotros, quienes libremente designamos a quienes queremos poner al frente de nuestras instituciones.


miércoles, 27 de abril de 2016

Un poco de actualidad


Estos días hemos conocido la desaparición de una página Web, “por Andalucía libre”, en la que solíamos entrar para informarnos. Donde se describe la situación andaluza:
“Esta revista digital nació en 2006 con el fin expreso y explícito de ayudar al cambio en Andalucía en dirección a una sociedad abierta, culta, tolerante y próspera. Teníamos enfrente a todo un régimen monopartidista impuesto subrepticiamente a los andaluces tras la fachada de una socialdemocracia moderna. Lejos de respetar a los ciudadanos y sus derechos y libertades, a la democracia y sus reglas básicas de convivencia, aquel PSOE, del que es heredera hoy Susana Díaz con el inesperado y decepcionante apoyo de Ciudadanos, intentó y logró penetrar todos los recursos y resortes de la sociedad andaluza, desde su economía y agentes sociales a sus medios de comunicación, desde la administración pública a la sanidad o la educación, desde la justicia a la sociedad civil.
Apenas nada ha quedado fuera de su injerencia y/o control directo y pocos han podido y/o querido escapar de esta asfixiante y perversa presión más propia de regímenes populistas. Su apropiación de los símbolos andaluces y de la esencia política e histórica de la región andaluza fue la consecuencia. Mutatis mutandis, el PSOE ha sido a Andalucía y a los andaluces lo que el nacionalismo catalán ha sido a Cataluña y a los catalanes en el aspecto identitario, en el aspecto de control y presión e incluso en el aspecto de su corrupción”.

Ahora, que el “mantra” de lo políticamente correcto lo envuelve todo y a todos, no parece sí no que la única verdad es la oficial, la que emana del poder, por supuesto. Decía el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, que “en Europa es muy fácil hablar de paz y muy arriesgado hablar de seguridad". Claro, y en España mucho más.
Paz, bendita palabra que pronuncian desde los humildes hasta los asesinos. Cuantos actos se organizan en su nombre para no hablar de lo que denuncia Uribe. Cuan compungidos nos manifestamos por cualquier guerra, pero no decimos cómo acabarla. Cuánto dolor nos trae, ahora, recordar la que ni siquiera vivimos; pero fingir es preferible a separarse del redil.
Se retuerce el lenguaje y se miente para parecer lo que no se es. Donde periodistas y medios transigen para no ser tachados de desafectos.

La celebración del 4º  centenario de Cervantes, como en cualquier otro acto, es aprovechado por los políticos de turno para cimentar la losa de la corrección política. Y argumentando que no desean “politizar” la celebración, montan una astracanada en el Parlamento que hasta el “manco de Lepanto” estaría revolcándose de desprecio en su tumba. Todo para que nadie se moleste y así pescar a diestra y siniestra.
Como sí don Miguel de Cervantes no se hubiera señalado políticamente, nos guste o nos disguste. Primero como militar, luchando por España, la religión y su Rey. Después, soportado un penoso cautiverio que pudo haber evitado renegando de su fe. Y terminando, porque nadie como él dio tanto esplendor a nuestro idioma, el español, hoy día despreciado y perseguido en algunos territorios de España.
Vamos, que desde el parlamento inglés tratan a Shakespeare con la bufonada que ha sido tratado Cervantes, y se les cae el pelo.
Esto de engañar hasta llegar a la poltrona, o estando en ella, es tan antiguo como el mundo, por mucho que no lo queramos ver. Discursos serviles para cazar incautos se divulgan diariamente. Incluso se siente tal desprecio por las personas, que públicamente se confiesa que la manipulación se practica para vendernos una mercancía que nadie compraría en su sano juicio. Al estilo del líder de Podemos, que ante las cámaras no se corta para decir que “para follar uno se desnuda, y para ligar se acicala bien”. Así, cuando con lo segundo le has dado tu voto, de lo primero “no te salva ni Mackay”.
Lo dijo su admirado Vladímir: “la mentira es un arma revolucionaria” y, o te la crees, o te mandan a disfrutar al GULAG.
Pero que estos políticos renieguen y desprecien al autor de la novela más universal de la literatura, refleja meridianamente la catadura de semejantes representantes. Claro ejemplo de la ineptitud para alcanzar ningún buen propósito. Si lo que es reconocido a nivel mundial, que D. Miguel de Cervantes Saavedra, con su Don Quijote de la Mancha, influyó en toda la literatura posterior hasta nuestros días; qué cabe esperar para que alcancen acuerdos en cuestiones más mundanas; donde cada partido político tiene dos y tres opiniones distintas.
Aunque todo progresa aceleradamente por la realidad virtual que disfrutamos. Y cualquier acontecimiento se adereza adecuadamente para que no olvidemos quienes son los buenos y quienes los malos.

Pues que siga la fiesta.

miércoles, 6 de abril de 2016

AQUELLAS DIVERSIONES DE LA INFANCIA. (Poner los pájaros)


 
Cuando en Tharsis se disfrutaba del pleno empleo, nuestros padres, después del trabajo en la Compañía, podían canalizar su tiempo libre en las pocas actividades disponibles entonces. La afluencia al Casino, sobre todo los fines de semana, era ampliamente secundada. Había también algunos colectivos donde participar: Las Hermandades de Santa Bárbara o de la Peña, el Club Atlético Tharsis; o formar parte de los Comités de Empresa que periódicamente resultaban elegidos en el trabajo y por categorías.
Nosotros, los hijos, debíamos de buscar alternativas para jugar y divertirnos cuando salíamos de la Escuela Grande; siempre que nuestro padre no nos hubiera apuntado a clases particulares. Pero esa era la tónica general, que las tardes las teníamos ocupadas con las clases de D. Manuel Rojas o Juan el Pintor, entre otros. Estas clases de apoyo, complemento de nuestra escolarización organizada por la Compañía, tenía gran aceptación entre nuestros padres, aunque la pedagogía utilizada fuera  “la letra con sangre entra”.
Pero incluso después de tener las tardes ocupadas sacábamos tiempo para organizar nuestras diversiones; sobre todo en verano, cuando los días eran más largos que las noches.
Muchos de nosotros  nos iniciamos en la caza de aves de canto: jilgueros, jamases, verderones y chamarices. Esta afición, que aprendimos de los mayores, o de nuestros padres, nos llevaban a practicarla por nosotros mismos organizándola a nuestra manera.
Primero  teníamos que preparar la “liria”, el pegamento utilizado para que a las aves se le pegara las plumas y al no poder volar quedaran a nuestro alcance. Para ello recorríamos el pueblo buscando suelas de zapato que llamábamos de “crepé”, o de “tocino”. Eran zapatos de cierta clase, no utilizados por la mayoría, porque lo que más encontrabas eran suelas confeccionadas con restos de neumáticos.
Después de conseguir algunas suelas, mayormente de zapatos de niños, teníamos que hacer un fuego en una lata. Echábamos el “crepé” en pequeños trozos que removíamos   con un palo,  y cuando creíamos que estaba a punto le añadíamos un poco de "perrubia". Seguíamos moviendo hasta que la pasta se homogenizaba, se  apartaba del fuego y dejamos enfriar.
La prueba definitiva venía el día que íbamos a poner los pájaros. Cargados con nuestro “arbolete”, nuestras jaulas de los reclamos, con nuestro jilguero favorito; acostumbrado a cantar en el campo. Nuestro "jama" del año anterior, con la pechuga granate, y nuestro buen ramillete de cardos. Ese día te levantabas más temprano que de costumbre sin que nadie te llamara, y cuando apenas empezaba a amanecer, marchabas a los sitios de costumbre. Los más cercanos: el Huerto el Buche, el pozo de las Culebras o el dique Grande. Los más lejanos: el cerro de los Gatos, el puente de la Lechera, o la Peñita.
Una rama de jara, más fina que un lápiz, a la que quitabas la corteza, nos servía para confeccionar las “varetas”. Después, con los dedos impregnados en agua o saliva,  la cubríamos con liria dándole vueltas. Terminada esta operación se sujetaba con la boca por un extremo para buscar un trozo de "gamón", de dos a tres centímetros, que nos servía para unirla al arbolete.
Cuando lo teníamos  “adornado” con cinco o seis ”varetas”, a modo de perchas donde se posarían las aves a la llamada de nuestros reclamos, o de nosotros mismo imitando un reclamo; nos tocaba esperar escondido a cierta distancia entre algunas matas de jara o un paredón.
Para que se diera bien el día, el tiempo tenía que acompañar. Primero que pasaran pájaros.  Que tampoco hiciera mucho sol porque brillaba la “liria”,  se asustaban y pasaban de largo o posaban en el suelo. La niebla tampoco era buena, porque el rocío se depositaba en las "varetas" y no pegaban.
Esto, que hacíamos siendo niños, ahora nos parece cruel. Aunque hoy día también se estila ir de pesca y una vez capturado el pez ponerlo en libertad, las aves que capturamos de esta forma, una vez llegados a casa las soltábamos; menos el jilguero más bonito, que lo preparamos  para el reclamo o para la “jarilla”.

lunes, 21 de marzo de 2016

A los 65 años de la Banda de música.


 
Este mes de Marzo se cumplen 65 años de la última actuación de la Banda de música de Tharsis.
Aunque en 1941 la abandonaron muchos de sus componentes porque marcharon del pueblo, la visita en 1951 de la virgen de Fátima volvió a congregar a una Banda ya reducida.
La virgen, transportada en un camión por la comitiva, fue recibida en la cuesta del puente, y al llano de correos acudió el pueblo a recibirla. Desde allí, comitiva, Banda y público, marcharon en peregrinación.
Después fue llevada al  paseo, donde se instaló un improvisado altar en la fachada del casino que estaba en construcción, inaugurado siete  meses más tarde.
Si bien desde los años 50 en Tharsis se disfrutaba del pleno empleo y Doña Maria la partera no paraba de visitar  casas para ayudar a las parturientas, los nacidos por esas  fechas y posteriores no relevarían a los músicos que quedaban.
Aquella actuación en Marzo de 1951 sería la última. Se recogieron los instrumentos y Tharsis perdió para siempre su Banda de música. Aunque en la década de los 70 hubo un intento entre un grupo de jóvenes aficionados a la música para una nueva agrupación, no se contó con el apoyo y el  interés necesario.
Os dejamos la entrevista a Juan Blanco, publicada en 2008.
                               

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Preguntas

 
1) ¿Nombre y lugar de nacimiento?

Juan Blanco Estévez. Nací en Tharsis el 24 de Abril de 1923, en la calle Sevilla. (85 años).

2) ¿En qué departamento de la Compañía trabajó Ud.?

Empecé trabajando en 1938, con quince años. Comencé en el teléfono, en la oficina General. Luego pasé a la oficina de Talleres, en tareas administrativas.

3) ¿Cómo fueron sus comienzos para actuar en la Banda?.

La Banda, que funcionaba desde los años 20, atraía la curiosidad entre los más jóvenes, que asistíamos a sus actuaciones fomentando con ello nuestra afición. Algunos incluso ayudábamos a los músicos sosteniendo las partituras entre las manos, a modo de improvisado atril.
 
4) ¿Desde cuándo formó parte de la Banda?

Entré a tocar con 12 años. Recuerdo que mi primera actuación fue el 1 de Mayo de 1935, tocando pasacalles por el pueblo. Esta era una festividad que se celebraba bastante.

5) ¿Tenia la Banda algún nombre?

No, éramos la Banda de música de Tharsis

6) ¿Qué instrumento tocaba Ud.?

Aparte de que era capaz de tocar todos los instrumentos, lo que más toqué en mi etapa de músico fueron el clarinete y la trompeta. Pero empecé tocando la flauta.
 
7) ¿Cuando solían tocar y donde?

Todos los domingos y festivos tocábamos piezas de concierto, en los sitios de costumbre: El Casino Viejo, y frente a Correos. Aquel lugar era donde acudía la gente de Tharsis a pasear. Los días que tocábamos estaba muy concurrido.
Cuando ponían cine en el Casino, pues como era mudo no distraía al público.
También tocábamos en el llano, donde está ahora el actual Casino. En los partidos de fútbol, siempre que se marcaba un gol, fuera el Tharsis o el equipo
contrario. La Banda tocaba también en algunos entierros, cuando el fallecido era una persona joven.
 
8) ¿Cuáles eran las fiestas más señaladas en las que tocaba la Banda?

Pues parecidas a las de ahora: Estaba la Velada, que era de las más importantes, y que la organizaba la sociedad del Casino Viejo, que al igual que hasta hace unos años, la Compañía cooperaba aportando material para la instalación y dinero para la financiación. Dos festividades que antes se celebraban mucho eran San Benito y la Peña. El lunes de San Benito casi no se trabajaba en Tharsis. La Banda nos situábamos en la cuesta de la Posada, dirección al Cerro de los Gatos, que por allí solían acudir los caballistas. Se
instalaban puestos de bebidas y en los alrededores se concentraba mucho público. Por la celebración de la Peña, la Banda se desplazaba a la Huerta Grande, que era el camino que seguían los peregrinos que iban, sobre todo andando, a la patrona de la Puebla. Allí esperábamos a la caballería y a los que regresaban a pie.

9) ¿Tocaban siempre en los mismos sitios?

Los domingos y festivos siempre. Al igual que cuando el Tharsis jugaba en casa. El día del Sandalio íbamos al campo a tocar, lo mismo que se ha venido haciendo con la Banda del Cerro. Aunque el Sandalio en aquella época no se celebraba en el mismo lugar. En la festividad de Santa Bárbara partíamos desde la Iglesia, la que estaba en el Pueblo Nuevo, bajábamos tocando por Sierra Bullones, el Casino Viejo, el Corralón, el Teatro, la Plaza; después volvíamos hasta la ermita. Esta festividad no era tan multitudinaria como si lo fue a partir del 1936.
 
10)¿Qué otras actividades culturales había en Tharsis?

Pues casi todo estaba concentrado en el Casino Viejo, donde la directiva de la Sociedad, además de la Velada, organizaba el carnaval. En el Casino había mesa de billar, una pianola, aparato de cine, y una nutrida biblioteca.

11)¿Solía tocar la Banda de Tharsis en otros pueblos?

Sí, recuerdo haber tocado en La Puebla, Cabezas Rubias, Alosno, Paymogo, y demás pueblos de alrededores. Otra vez acudimos a tocar a la feria de Villablanca. Hay que tener en cuenta que no todos los pueblos tenían una Banda de música, como sí teníamos en los tres centros mineros de la Compañía. Los desplazamientos, como éramos tantos, lo hacíamos en el camión de Santiago, o el de José María Llanes.

12)¿Recuerda a algún director de la Banda?

En la época que yo entré la dirigía D. José, al que apodaban “el Carnicero”. También recuerdo a otro director, D. Manuel Reina, que vivía en Vista Hermosa, pero él era el director de la orquesta. (D. Juan Blanco Estévez, también formó parte de una orquesta que se creó en Tharsis, y de la que formaban parte otros músicos de la Banda. Esta orquesta no tenía nada que ver con la Compañía. Se dedicaba a amenizar los bailes que se organizaban en Tharsis y pueblos de alrededores cada vez que eran contratados, al igual que ocurre con los grupos musicales en la actualidad)

13)Hoy día la Banda de música solo existe en el recuerdo. ¿Por qué cree que desaparece esta agrupación musical que tanto había agradado y divertido a los vecinos de Tharsis?

Su desaparición tuvo que ver con problemas laborales. El declive hasta su desaparición se inició hacia 1941. Recuerdo que en aquella época la minería atravesaba por una de sus crisis cíclicas. No se exportaban minerales y la empresa decidió reducir el trabajo a tres días a la semana, ya que Franco había prohibido el despido de obreros. Ante esta circunstancia muchos marcharon a realizar tareas agrícolas. Otros marcharon a las grandes ciudades, y otros emigraron al extranjero. Recuerdo que el 14 de Diciembre de 1941 marchó una expedición de hombres a Alemania.
Esta salida de trabajadores de Tharsis en busca de trabajo, repercutió igualmente en la Banda, pues entre los que emigraron había músicos. Los que se quedaron encontraron igualmente más rentable ir a trabajar a los pueblos cercanos los domingos y festivos, antes que tocar esos días en la Banda. Pero la última vez que nos reunimos para tocar, los que aún quedábamos, fue el día 3 de Marzo de 1951. Con motivo de venir a Tharsis, y otros pueblos de la provincia, la imagen de la Virgen de Fátima. Que acompañamos en su recorrido por el pueblo.

14)¿Ud. emigró también?

Sí, en 1965 marché a Barcelona. Regresando a Tharsis en 1990, ya jubilado.

15)¿De qué forma colaboraba La Compañía con la Banda?

La Compañía nos facilitaba los instrumentos y el uniforme, que por cierto venia confeccionado desde Glasgow. Era de color azul marino, compuesto de chaqueta, pantalón y gorra de plato. También nos abonaba una pequeña cantidad, que el Director de la Banda repartía entre sus componentes. Más que por esa gratificación, nosotros tocábamos por afición.

16)¿Cuantos componentes tenia la Banda?

Oscilábamos entre 20 a 30. Todos trabajadores de la Compañía.

17)¿Qué piezas eran las más interpretadas?

Como he dicho, la Banda interpretábamos piezas de concierto, y en algunas celebraciones también pasacalles. Cuando yo debuté, el 1 de Mayo de 1935, interpretábamos el “Himno de Riego” y “la Internacional”. Después de 1936 interpretábamos el “Himno Nacional” y el “Cara al Sol”. También en aquella época, a partir de 1936, acudíamos al Casino Viejo a tocar, cada vez que anunciaban que Franco había conquistado otra ciudad. Y se organizaban bailes.

 
                                                   ***********************
P. D.

Os dejamos unas vistas aéreas de Filón Centro.  https://www.youtube.com/watch?v=m0ZbF4iDJ3M        

 

miércoles, 9 de marzo de 2016

ARRIEROS ENTRE THARSIS Y EL ODIEL


 
Aunque no aparecemos por aquí hace unos meses, por nuestra parte sigue todo bien, pero con menos ganas de escribir.
Hemos leído el libro "El Alosno, etapa singular de un pueblo" de Miriam González Limón. Trata, entre otros, un asunto que tuvo gran trascendencia para la puesta en explotación de Tharsis, el trabajo de arriería. (Oficio de arriero. Personas que trajinan con bestias de carga) Trabajos que se venían ejerciendo desde antiguo y  que había permitido que algunas familias de Alosno prosperaran con la explotación de este medio de transporte. Trasladar mercancías  entre España y Portugal de forma clandestina. Este trasiego de productos entre ambos países, ya descrito por Pascual Madoz a mediados del XIX, permitió la acumulación de capital en manos de alosneros. Lo que no sería de extrañar, para que al promotor de la explotación de las minas de Tharsis se le brindara todo el apoyo, incluso el económico, en una colaboración de interés mutuo: para Deligny por las dificultades y problemas que se le presentaron para iniciar los trabajos mineros y el error de cálculo con la Sabina. Para los alosneros, porque se les presentaba una posibilidad de negocio segura a largo plazo, el traslado hasta Huelva del mineral para la exportación. Este agradecimiento al pueblo de Alosno lo manifiesta en los Apuntes,   apareciendo el nombre de uno de los benefactores, un tal Bautista Limón.  
El inicio de la actividad minera en los entornos de la sierra “Tarse”, debió ser aprovechado por quienes ya tenían experiencia en el transporte con caballerías, y más al corriente estaban con las posibilidades mineras del municipio. Detectadas años antes por Luciano Escobar, ampliarían  las posibilidades de prosperar a algunas familias.
Deligny relataba en sus Apuntes históricos la importancia de este transporte animal para exportar la producción de Tharsis, donde más de 2000 caballerías se utilizaron para llevar el mineral hasta Huelva. Previamente había comprobado el calado de la ria con la visita de un buque  de guerra francés, para que pudieran atracar barcos de mayor calado. A mayor capacidad de carga de los buques, menos costoso el transporte.
Pero no sólo de trasportar mineral hicieron negocio los dueños de las reatas que iban y volvían a Tharsis periódicamente. Había que satisfacer las necesidades de una población inmigrante de miles de almas, y al igual que hasta Huelva transportaban un tipo de mercancía, al regreso transportarían otros productos demandados por esa nueva población que adoptó el nombre de la explotación.
Estas reatas transportando mineral al puerto de Huelva debió constituir un prospero negocio para quienes desde antes de la llegada de Ernesto Deligny, ya se dedicaban en Alosno al transporte de mercancías, bien desde el puerto de Cádiz donde se recibían los galeones procedentes del Nuevo Mundo, bien por  el contrabando  entre España y Portugal, trayendo y llevando mercancías.
En el periodo que relata Deligny, hasta 1863, "más de dos mil barcos han venido a cargar minerales al río Odiel" lo que constituyó una fuente de negocio para  alosneros que disponían de caballerías que pudieron dedicar al transporte o al contrabando, como Francisco Limón Rebollo, de quien la autora relata una curiosa anécdota transmitida entre generaciones, relativas a que las correrías de Limón Rebollo las hacía a lomos de una jaca torda y encima de los fardos de café. Y cuando un amigo le preguntara porqué en un caballo así, contestaba: "Porque así me conocen guardiñas y carabineros al cruzar la frontera, y no me dispararan a dar". Lo que viene a demostrar la  colaboración entre guardias y contrabandista.
El contrabando desde Alosno, contra el que clamaba la prensa, llegó a ser tan escandaloso, que en 1881 el gobernador de la provincia   trasladó hasta allí la Capitanía de Carabineros, dotándola de una sección de caballería.
La llegada del ferrocarril en 1871 pudo mermar el prospero negocio del transporte en caballería, pero con la apertura a viajeros del tren minero desde 1881, apertura en la que Limón Rebollo fue el destacado protagonista, una incalculable mejora en la distribución de la mercancía que cruzaba la frontera portuguesa se había puesto en marcha. Acercar los productos de contrabando a la capital se podía hacer en el medio de transporte más rápido de la época, el ferrocarril. De esta etapa, los que tenemos cierta edad recordamos a nuestras recoveras cargadas de huevos y café, entre otras mercancías. Para entonces, Limón Rebollo y otros, ya habían conseguido un importante capital y  supieron invertir en otros negocios que  avistaron en el horizonte: Los consumos, o las pesquerías en almadrabas. Esta faceta mercantil de un grupo de alosneros, está recogida en el libro. Al igual que la posible radicación en el Portichuelo de algunas familias judías, que huyeron de persecuciones y pogromos.