jueves, 25 de junio de 2015

CURSO DE ELECTRICISTAS EN THARSIS

  

En Septiembre de 1966 informaba el diario Odiel de la clausura de un curso de formación Profesional Obrera en Minas de Tharsis, habiéndose celebrado anteriormente otros de mecánicos y de conductores.
Las clases y la clausura se llevaron a cabo en un edificio emblemático, “las Cuadras”, saqueado y convertido en ruina al igual que otras muchas instalaciones. Os dejamos, con mejor calidad, la fotografía que publicaba el periódico, y otra donde se aprecian los robustos travesaños del edificio.
                                         
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El sugerente del Programa de Promoción Profesional dirige la palabra a los componentes del curso para electricistas  en el acto de clausura celebrado en Tharsis.
Dentro del extenso Progra­ma de Promoción Profesio­nal Obrera que se viene  llevando a cabo en nuestra ca­pital y provincia, hemos de destacar los que en menor espacio de un año se han ce­lebrado en Minas de Tharsis.
Primero tuvo lugar uno pa­ra mecánicos reparadores al que asistieron 22 alumnos. Seguidamente otro para con­ductores, en el que  obtuvie­ron la correspondiente licencia 19 participantes, y finalmente uno para electricistas en el que han promocionado 15 productores.
El pasado día 24 se celebró el acto de clausura de este último que fue presidi­do por don Teófilo Barros Hernández, subgerente del Programa de Promoción Profesional, en representación  del delegado provincial de Trabajo, asistiendo por parte de  la  Empresa Cía. de Tharsis, Ltda., don José Ve­ga García, jefe de Personal, don José María Varona, in­geniero encargado de Promo­ción Profesional; don José Maria Ley,   ingeniero jefe de Sierra Bullones; don Rei­naldo Hunter, jefe de Talle­res, y señores monitores y alumnos.     

       
En primer lugar hizo uso de la palabra el señor Vega García quien destacó la im­portancia que para los promocionistas tenían aquellos cursos gracias a los cuales y gratuitamente adquirían una experiencia que les permitiría mejorar dentro de la Empre­sa. Asimismo anunció el proyecto de celebrar próximamente nuevos cursos para albañiles y manipuladores de maquinas pesadas.
Seguidamente, el señor Ba­rros Hernández agradeció en nombre del delegado provincial de Trabajo la colaboración que la Empresa de Tharsis  -a la que considera modelo- dispensaba al Programa de Promoción Obrera. Destacó la trascendencia de la promoción, no sólo profesional sino  social, que gracias a  estos cursos se viene produciendo, y anunció que seguirán dándose en otras especialidades
Se procedió a continuación a la entrega de los certificados de  aptitud a los quince participantes cuyo orden se­gún los merecimientos de cada uno es así:
Francisco Mo­reno Moguer, Mario López Martin, Lorenzo Villegas Ca­ballero, Diego Rodríguez Ba­rros, José Toronjo Poleo, Manuel Rodríguez  Rodríguez, Martín García Martín, José Domínguez Márquez, Juan Palma Alfonso, Domingo Pé­rez Pérez, Pedro Medel Charneco, Benito Medel Chama­co, Francisco Domínguez Márquez, José A. Trigo Álvarez, y Juan Romero Estévez.
Finalmente y en nombre de todos sus compañeros el alumno Lorenzo Villegas dio las gracias al Ministerio de Trabajo por los beneficios que este curso les proporcio­naba, así como a la Empresa y a los monitores que les han instruido.
Terminado el acto de clausura la Cía. de Tharsis invi­tó a los asistentes y alumnos a un vino de honor.
No querernos terminar es­ta información sin destacar las facilidades dadas por La Cía. de Azufre y Cobre de Tharsis, Ltda. a cuantos pro­ductores de su plantilla se inscribieron para tomar par­te en los cursos realizados, ya que no sólo les permitió un horario de trabajo com­patible con el de sus clases, sino que fueron gratificados con una prima de asistencia a las mismas.
Encomiable labor la de estos cursos de Promoción Pro­fesional Obrera del Ministe­rio de Trabajo, gracias a los cuales es mayor cada día el número de los que adquie­ren unos conocimientos teó­ricos y prácticos que les per­mitirán optar a puestos de trabajo más dignos y mejor remunerados.—C.


jueves, 18 de junio de 2015

"Os podéis quedar en mi huerto"


El último artículo, "noches de verano en Tharsis", ha tenido muy buena acogida entre vosotros. Esto es de agradecer. Quienes pasamos nuestra infancia y juventud en el pueblo recordamos bien aquellas noches calurosas. Gracias.
                                     
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El asunto de los huertos en Tharsis tiene una dimensión sociológica importante. No sólo contribuyeron a las economías familiares, si no que  fueron utilizados para acoger entre nosotros a quienes tenían trabajo pero no vivienda, o paliar alguna necesidad. Eran otros tiempos y Tharsis era diferente, pero quienes empezaron acogiendo  forasteros en  sus casas  una vez que la Compañía relajó el control sobre las viviendas, cuando tuvieron un huerto lo cedieron a familias que no tenían donde quedarse.
De este asunto pensamos extendernos algo más en otro momento.
En la fotografía, un miembro de un teatro ambulante que un temporal dejó sin vivienda en Tharsis,. Junto a la familia de acogida y vecinos.

jueves, 11 de junio de 2015

NOCHES DE VERANO EN THARSIS


La minería es una actividad que requiere de grandes inversiones, pues llegar a los minerales es costoso y peligroso, y al igual que otras actividades económicas, se manifiesta en dos importantes   fluctuaciones a lo largo de la historia: apogeo y declive.
Cuando se acometen proyectos que conllevan  gran demanda de mano de obra, esto se traduce en  prosperidad y desarrollo no solo en la población de la mina,  abarca incluso una comarca o un país. Por el contrario,  la desaparición de la minería, si no existen alternativas, propicia la emigración y el envejecimiento de la población.
Tharsis no era  una excepción, y camina por la senda  por la que han pasado  poblaciones  de nuestro entorno. Pueblos no hace mucho bulliciosos, que acudían  a fiestas y celebraciones. Con calles de un continuo ir y venir de personas, de niños en los colegios. De mineros que se vestían de domingo para disfrutar del merecido descanso en compañía de la familia; acudiendo al casino, al cine, o de visita a otras familias. Y al no haber indicios que la actividad minera  vuelva a resurgir a corto plazo, este inexorable  camino que ya transitamos puede no tener retorno.
Nuestros últimos mineros tienen poca necesidad de esperar al deseado descanso dominical, porque ya jubilados todo el año es domingo. Y sus  familias, en muchos casos, están lejos de ellos. Hijos que marcharon a la búsqueda de futuro y dejaron aquí a sus padres. Con los que se encuentran en contadas ocasiones cuando la distancia que los separa es grande. O con visitas más o menos periódicas, o semanales, cuando la distancia de separación es menor.
Si hay algo que refleja el declive poblacional, es con la llegada del verano. Con el  frío o  mal tiempo, la meteorología nos hacía buscar  resguardo en nuestra casa, alrededor de un brasero y disfrutar de nuestras muchas o pocas comodidades.  La llegada del calor sin embargo  nos predispone a combatirlo, y una de las formas más antiguas es salir de nuestros refugios al anochecer. Sacando a la calle nuestro banco, nuestra silla de enea, o nuestra hamaca, y refrescándonos con la ligera brisa, huyendo del "horno" de la casa. Calles antaño que se llenaban de vecinos practicando un "ejercicio" obligatorio, tomar el fresco.
Recordamos lo concurrida de nuestras calles a las 10 o las 11 de la noche, donde se  formaban tertulias, se contaban cuentos, se  jugaba, o simplemente se contemplaban las estrellas y la vía  Láctea, que la poca iluminación pública hacían posible. Se pasaba por calles que al estar en penumbras, tenías que dar las buenas noches por cada puerta que pasabas, donde se congregaban sus habitantes,  y a cada saludo tuyo respondían varias voces.
Otros recuerdos de aquellos tiempos, de  los que tenemos alguna edad y vivíamos en ciertas calles, es que a determinadas horas de aquellas noches calurosas, veíamos desde el comienzo de la calle, que las familias se refugiaban deprisa y corriendo en sus casas. Primero una, después otra, así hasta que llegaba a la altura de nuestra casa; que hacíamos lo mismo, abandonar el fresquito antes que soportar la fetidez del "carro de la mierda". Que pausadamente se alejaba para depositar su  maloliente y orgánica carga.
Ahora, cuando se inicie el verano, darse una vuelta por aquellas calles antaño alegres  y concurridas, apenas si veréis gente al fresco. Y las farolas que hoy iluminan calles que permanecieron años en penumbra, os confirmaran la cruda realidad, que muchas puertas están "cerradas a cal y canto"  porque simplemente, ya no vive nadie.



jueves, 4 de junio de 2015

Grandes fiestas en Tharsis


Este venía a ser el titular que Cándido Maestre enviaba cada año al diario Odiel llegado el  mes de Julio. Se celebraba La Velada, festividad solaz por excelencia y que históricamente pudo tener relación con la guerra de Cuba y la generación del 98, como hemos reseñado aquí. Otro paisano, y “embajador” en Argentina, José Alfonso, se refiere igualmente a la gran fiesta del mes de Julio, destacando la  gran afluencia de público y la importancia del baile que se organizaba en la Caseta, donde la juventud se divertía con frenesí. Se interpretaban los éxitos del momento y se contaba con la participación de la Banda de música de Tharsis, hasta su disolución en 1951.
En Tharsis, por esas fechas, existía un conjunto de música que también actuaba por los pueblo, y del que formó parte, entre otros, Juan Ruiz.
Las Veladas de ahora  siguen transcurriendo, en parte,  más o menos igual, pero si hablamos de fiestas y bailes, otras se celebraban a lo largo del año con el aliciente del baile como reclamo para el éxito. Donde no desmerecía la participación de la juventud.
Una tenía lugar para la elección de la reina de Santa Bárbara, y más de una vez hemos visto celebrar en el campo de Fútbol. Solía tocar algún conjunto de la provincia y ya que se organizaba en Verano, sillas y veladores se sacaban al terreno de juego, donde al día siguiente jugaba el Atlético de Tharsis, que Gabriel se preocupaba de recordar para que fuéramos cuidadosos con tapones y cristales.   
Era difícil que en estas fiestas no participara nuestro querido “pregonero” Manolo el Control, al igual que algún representante de las “fuerzas vivas”: el alcalde, el médico, el sargento.  Allí acudíamos los jóvenes, donde reinaba el buen ambiente. El baile siempre ha sido  la manifestación socialmente aceptada para el galanteo y el contacto físico entre sexos. 



Llegada la celebración de Santa Bárbara, las actuaciones musicales se desarrollaban en el escenario que se montaba en la terraza del Casino. Allí volvía a estar Manolo el Control, presentando, entre otros, al “Dúo Rupol”, o a los “Beatles de Cádiz”  cuando actuaron en Tharsis.
Un año tocaron por esas fechas, aunque en el Cine, un conjunto que estaba en sus comienzos, y con el tiempo adquirieron cierto renombre en la provincia, “Época 69”.
Alguien que llegó  a ser famoso y apuntaba maneras a lo “Raphael”, fue “Francisco de Miguel”, que actuó otro año en el campo de fútbol. Y seguramente por lo dura que estaba la vida, que diría un castizo, el bollullero no se hacía acompañar por orquesta, sino por un “moderno” magnetófono donde venia grabada la música y él ponía la voz a través de un voluminoso micrófono.


Con la inauguración del Club Juvenil, los bailes en Tharsis contaban con nuevos organizadores. Seguidores de los éxitos del momento, que se ponían al día con la TV viendo “Escala en Hifi”. Hasta teníamos un Delegado de Música, Manolo Álvarez, cliente habitual de “Radilux”, donde renovaba su discoteca que luego compartía con nosotros. 
Otras orquestas acudieron  a Tharsis para la fiesta de fin de año, que se celebraban en el Casino.
Os dejamos algunas fotos para que recordéis.