viernes, 21 de mayo de 2010

CORREN MALOS TIEMPOS



Así se titulaba una de las canciones de más éxito de “Golpes Bajos” en la década de los ochenta. Aunque la banda viguesa aclaraba que los malos tiempos corrían para la lírica, lo cierto es que popularizaron una frase para aplicar a otros asuntos y no sólo poéticos.

Los malos tiempos de ahora, entendemos todos, apuntan más a cuestiones mundanas, alejadas de manifestar sentimientos y emociones. Algo tan vulgar como el “curro”, que diría un castizo, se ha convertido en un bien tan escaso, que comparado con la lírica ni entra en el Hit Parade. Este bien escasea en muchos sitios, pueblos grandes o pequeños, haciendo estragos en familias y personas. Aunque nos consuele ver aglomeraciones de figurantes en cualquier romería, espectáculo o festividad.

El contrapeso a estas graves carencias, la falta de trabajo lo es, sería una sociedad civil que participe en la búsqueda de soluciones, pero desde que vivimos en democracia, con endosar esta responsabilidad a otros, nos confesamos libres de culpas.

Hay quienes piensan que el sindicalismo ha cambiado mucho para continuar igual. Ahora a los productores se les llama trabajadores, y los lideres de estos trabajadores muestran su comprensión y apoyo a quienes le subvencionan y tutelan. Parecido, ¿o no?, a cuando aquellos Jefes de los productores mostraban su “adhesión sin fisuras” a uno que llamaban El Caudillo.

Sobre el sindicalismo se podía escribir largo y tendido, no sólo porque aquí ha seguido la evolución de muchos otros pueblos de nuestro entorno. También porque el sindicalismo “vertical” alcanzó mucha más representación, y llegado el momento la mayoría de aquellos cuadros del sindicalismo “amarillo” se pasaron a sindicatos de base democrática, y claro, hábitos y costumbres acabaron por prevalecer.

El presidente del Gobierno ha anunciado en el Congreso el recorte de 15.000 millones de euros para paliar la crisis, por fin reconocida. Este ahorro se efectuará a lo largo de 2010 y 2011. Si a esta decisión ha llegado por imposición de Bruselas y de su amigo Obama, lo hace recortando el salario a los funcionarios, decisión jamás tomada anteriormente en democracia. Casualmente no habla para nada de suprimirle la mamandurria a nuestros funcionarios sindicalistas, al contrario, después de los 193 millones de euros recibidos en 2009, al día siguiente de anunciar estas medidas, publicaba el BOE otra nueva ayuda para el mantenimiento sindical por importe de 16 millones de euros.

Seguro que los mal pensados dirán que nuestros líderes sindicales practican la genuflexión, dan volteretas de contentos, o se bajan pantalones para agradar a otro Tito Paco protector. Pero nada de esto es verdad, a nuestra legión de liberados sindicales les pedimos encarecidamente que no se salgan por sus fueros y declaren siete huelgas generales, como están preparando. Por favor, compañeros, moderar ese espíritu reivindicativo. No tenéis motivos para echaros a las barricadas. No os esforcéis más en redimir a la clase trabajadora. Sabemos de vuestro sacrificio y esfuerzo asumiendo la penosa responsabilidad de liberado sindical. Conteneos y adoptar otras estrategias de lucha. No consentiremos que os inmoléis por el proletariado.

Tenéis que ser más originales que el Gobierno. Si ZP se gasta nuestros euros con rumboso poderío en: Enseñar a tocar la marimba para promover la identidad afroecuatoriana. Apoyar al colectivo de gays y lesbianas de Zimbabwe. Apuntalar la cúpula de Barceló en las Naciones Unidas, después de los 20 millones que nos costó. Evaluar el riesgo de tsunami en las costas Salvadoreñas. En contratar interpretes para que un renegado andaluz hable catalán en el Senado. O la gestión comunitaria del bosque del pistacho en Afganistán. Eso sin olvidar los cerca de 14 millones que desde la Junta de Andalucía se le ha otorgado a la dictadura de Fidel Castro, a cambio de nada. O las embajadas fantasmas que las distintas autonomías tienen por el mundo, siendo la catalana la que se ventila, ella sola, 25 millones.

Lo dicho, que aplaquéis vuestros ímpetus proletarios y que la música os calme. Aunque el resto pensemos que corren malos tiempos y lo vemos todo negro, es que tenemos carencia pesimista y catastrofista. Sin remedio, vamos.





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