lunes, 22 de mayo de 2023

EL BULO DEL TREN MINERO DE THARSIS

Llevamos meses leyendo en prensa lo que siempre parece inminente, la puesta en servicio del tren minero que conectó desde 1871 la mina de Tharsis con el puerto de Huelva. Qué bonito suena pero que falaz. La traca final ha sido la cobertura mediática aparecida en el periódico Huelva Información este pasado fin de semana: “El tren del Andévalo con destino a Tharsis volverá a cruzar Huelva en 2025”. A lo mejor no es casual que aparezca a escasos días de unas elecciones municipales, a lo mejor. Por mucho que se insista en informar de este “maravilloso” proyecto, es imposible hacerlo digerible, porque donde no hay transparencia no puede haber confianza. No se le puede colar a los vecinos un proyecto del que no tienen información y se la niegan sistemáticamente. Ese proyecto de territorio Minero, que es un documento público y no tiene la categoría de secreto de Estado, se ha pedido a la Diputación Provincial de Huelva, al Ayuntamiento de Tharsis, y al Consejo de Transparencia y protección de datos de Andalucía. Resultado, la callada por respuesta. Esta negativa a facilitar información no puede tener más que un objetivo, impedir que se divulguen datos que comprometan a quienes llevan décadas gobernando las instituciones. El día que aparezca, que tiene que aparecer, si ese proyecto no consta de la auditoría previa e independiente que ha debido hacerse para sentar la base de partida, será falso totalmente. La Corporación actual del Ayuntamiento de Tharsis se hizo dueña del trazado hasta Corrales: vías, locomotoras, maquinaria, terrenos. ¿ cómo es que todas las instalaciones se encuentren ahora más parecidas a un campo de guerra?. Sin olvidar que fue comprado a los liquidadores por un precio inferior al de mercado, con el argumento de convertirlo en actividad turística. En el programa municipal para las elecciones del próximo día 28, ni mencionan siquiera lo del tren minero del Andévalo. Conocerán de primera mano la imposibilidad del proyecto, que lo despachan con una frase tan falta de concreción y por tanto mil veces interpretable, que lo firmarían en la Conchinchina: “poner en valor, promocionar y divulgar nuestro patrimonio histórico, como reclamo turístico”. José Gómez Ponce Mayo 2023

lunes, 6 de febrero de 2023

CAMINOS PÚBLICOS Y HISTORIA

Caminos públicos y Historia.
La celebración del día de los caminos Públicos pretende concienciar sobre la defensa y conservación de estos caminos y vías Pecuarias. Caminos, vías y senderos, que constituyeron los canales de comunicación entre pueblos para el tránsito de personas y mercancías. Nuestra zona Andevaleña tuvo la particularidad que tienen todas las zonas fronterizas, vivir también del contrabando. Donde todos los caminos que se dirigían a cruzar la frontera desembocaban en el reto final; cruzar el Guadiana. El riesgo del vadeo dependía de la estación del año y el volumen de la carga. Estos caminos estaban tan memorizado en las cuadrillas de porteadores, que se permitían hacer trayectos en plena noche. Contaban para ello con paradas de descanso en los muchos cortijos, que dispersos por los campos mantenía a la población en la actividad predominante, la agricultura. Este trasiego entre fronteras cambió bastante en nuestra comarca a partir de 1853 con la puesta en explotación de las minas de Tharsis. La necesidad de mano de obra en la actividad minera, sobre todo para los desmontes, atrajo una ingente cantidad de mano de obra. Dos de los pueblos que surtieron de mineros por su proximidad, Alosno y la Puebla, con larga tradición de contrabando, supieron adaptarse a esta nueva situación y pusieron animales y personas al servicio de la minería. Otros pueblos más alejados también se pusieron en marcha para llegar al foco de atracción laboral en que se había convertido las minas de Tharsis, manteniendo en activo caminos antes menos frecuentados. Así, cuando tenían días de descanso o festivos, esos agricultores-mineros transitaban por los caminos que les llevaban de visita a sus familiares: en San Bartolomé, Villanueva de los Castillejos, Cabezas Rubias, Las Cruces; entre otros. Los vecinos de nuestros pueblos se adaptaron igualmente a la modernidad que supuso la inauguración del ferrocarril para viajeros en 1881, de Tharsis al Puntal de la Cruz. Desde Alosno hubieron de habituarse para llegar caminando a la estación de Medio Millar. San Bartolomé tenía el camino bien despejado a la estación, por el continuo transitar desde el pueblo. Nosotros lo teníamos relativamente cerca en comparación con otros, pero desde bien pequeño hicimos el camino de Vista Hermosa, porque nuestro destino era foto estudio Monis para el recuerdo de una comunión o un cumpleaños. Los vecinos de la Puebla lo tenían más difícil si querían viajar en el transporte más moderno de la época, el ferrocarril. Aunque batallaron para que la empresa pusiera un apeadero en Pueblo Nuevo, tuvieron que continuar por Vista Hermosa como hacíamos nosotros. Sí que resolvieron la mayor distancia hasta la estación haciendo el camino a lomos de caballería, como ya hiciera Ernesto Deligny para llegar a los escoriales de la Huerta Grande 28 años antes. Los más pudientes utilizaban coches de caballos, que los llevaba y traía entre La Puebla y la estación. Pero la llegada del ferrocarril no acabaría con las comunicaciones que se hacían a través de caminos y normalmente a pie, ahora la comunicación con la capital permitió que otros emprendedores, normalmente mujeres, se dedicarán a la recova, y recorrían a pie los antiguos caminos para llegar a los cortijos que le suministraban la mercancía. No siempre pagados con dinero, si no con el trueque de lo que llevaban desde la bien surtida plaza de abastos o el Economato de Tharsis. Estos caminos que recorrían entre cortijos, con salida y llegada a Tharsis, mantenían los caminos despejados por los continuos viajes. Esta actividad caminera se fue perdiendo por el desarrollo del transporte. La poca que se mantuvo fue para las devociones marianas que se organizan en tantos pueblos. También cazadores y recolectores de setas volvieron a transitar por caminos olvidados. P.D. El descubridor de Tharsis también se desplazó por la provincia de Huelva por viejos camino. Y se dejaría acompañar por cabreros como el que le acompañó para inspeccionar los escoriales de la Huerta Grande. Precisamente este próximo 26 de Marzo, día de las vías Pecuarias y los caminos Público, se cumple el 170 aniversario de la fundación de Tharsis. Jose Gómez Ponce Febrero 2023

miércoles, 14 de septiembre de 2022

MARZO DE 1853, THARSIS SE INSCRIBE EN LA HISTORIA

Así titulé la pieza teatral que se representó el pasado 30 de octubre para el homenaje a Ernesto Deligny. Aunque es una recreación histórica de hechos ocurridos hace más de un siglo, su importancia tiene que ver con la onomástica. Al igual que la mayoría de nuestros nombres se relacionan con el santoral, conmemorar que el nombre de un pueblo se relaciona con la cumbre de una sierra en la creencia que la unía a una civilización milenaria, nos puede llevar a sentir parecido orgullo que el que sintamos por el nombre que tuvieron a bien ponernos nuestros padres. Las circunstancias que llevaron a llamarnos Tharsis, son igual de respetables y “festejables”. Si bien la representación de la obra estaba pensada para llevarla a cabo en el sitio histórico, el monte Tarse, la meteorología nos lo impidió. No me fue posible traducir la pieza al francés. Tiempo después, y gracias a Roger Roland, se la pude enviar en el idioma de Molière, a la familia Deligny. Y como nunca es tarde si la dicha es buena, la semana próxima la publicaré en francés para que la puedan leer por este medio. ************** José Gómez Ponce. Septiembre 2022 ******** MARZO DE 1853, THARSIS SE INSCRIBE EN LA HISTORIA

viernes, 12 de agosto de 2022

LOS DOCUMENTOS DE DELIGNY YA ESTÁN DISPONIBLES

 


Desde este jueves, día 11, está disponible en la página web del Ayuntamiento de Huelva toda la documentación.

https://www.huelva.es/portal/es/archivo-municipal-y-bibliotecas

Documentación, que desde Amigos de Tharsis, nos pareció que la mejor opción es que se quedara en Huelva. Un hijo adoptivo y benemérito de la provincia y de Alosno, se merece toda nuestra admiración y respeto.

La posibilidad de acceder a cualquier documento con calidad fotográfica, desde cualquier parte y a cualquier hora, es una garantía de servicio público para quien quiera conocer más sobre la labor de este ingeniero-explorador de mediados del siglo XIX.

Este acceso a la información en tiempo real, es el mejor empeño de poner información al servicio del ciudadano, que no hubiera podido hacerse en otros archivos, y eso es lo más importante.

Aunque podía decirse que hemos puesto el punto y final para rescatar la memoria de Deligny durante su estancia en Tharsis, la familia sigue trabajando para que sea conocida igualmente su labor en el vecino Portugal, en Sao Domingo y Caveira.

Por supuesto que cuando esa información se haga pública, descubriremos que no solo nos unía la faja pirítica, sino costumbres y hábitos por la corriente migratoria entre España y Portugal. Corriente que se mantuvo con el traspaso a los británicos, y a los Velge posteriormente.

Si este trabajo del ingeniero francés en su etapa portuguesa nos puede resultar interesante desde Tharsis, mucho más lo sería que la familia nos documentara el paso de Deligny por el Lagunazo:

Las notables infraestructuras allí construidas, el poblado y su diseño urbanístico, la red de alcantarillado, la escuela. Y cómo no, las enormes dificultades que tuvo que afrontar: El transporte del mineral, por el Odiel o por el Guadiana, las teleras.

También está por investigarse los ingenieros que acompañaron a Deligny al Lagunazo. Incluso él mismo hubiera residido en la Puebla. No le resultaría extraño porque ya pasó por allí en marzo de 1853.

Sí le he pedido a sus bisnietos que nos relaten este paso. Y si tienen información lo harán. Son personas nobles y agradecida. Si en algo hemos contribuido en rescatar la memoria de su bisabuelo, hemos de reconocer que Deligny acudió a una zona deshabitada e inhóspita, para poner en explotación unas minas abandonadas, y para que generaciones podamos decir que nacimos en Tharsis.


José Gómez Ponce

Agosto 2022

martes, 28 de junio de 2022

EL PINO DE SAN JUAN ALEGRE

Aunque lo publiqué hace unos años, no está de más recordar lo que muchos de nosotros vivimos: El pino de San Juan alegre, San Benito, las pandorgas, la guillarda, los bolindros, y muchas otras fiestas y entretenimientos.
José Gómez Ponce

Junio 2022 

jueves, 9 de junio de 2022

LAS PANDORGAS VUELAN EN VERANO

Comentaba hace unos días sobre un antiguo edificio que existía en Tharsis, pero desaparecido hace años. El antiguo hospital. El que estaba en la curva del malacate. Mi descubrimiento cuando niño de edificios y lugares del pueblo, era el resultado de las exploraciones que hacíamos con la natural curiosidad. Con el tiempo descubrimos que en ese hospital se practicaban las autopsias de quiénes fallecían en la mina. Allí llevaban a los accidentados y los obreros se concentraban en su entorno. Lo cierto es que como hospital no creo que lo recuerde hoy día nadie. Estos paseos y exploraciones por el pueblo se solían hacer los fines de semana, ya que entre la Escuela Grande y las clases particulares teníamos los días ocupados. Aunque en verano, con las tardes tan largas, nos daba tiempo para que al salir de clase organizar un paseo a los sitios que considerábamos de interés. El verano era la mejor época para volar pandorgas, y ese es el motivo que nos llevaba a visitar las ruinas del antiguo hospital, porque en sus alrededores crecían unos frondosos aromos.

Acercarnos solos por la corta, o por las instalaciones de la mina, no estaba bien visto por nuestros padres, aunque era mi madre la que primero se enteraba de nuestro plan, porque la vecina acudía a casa para avisarle.

-Pasión, que tu hijo y el mio quieren ir al malacate.

Ahora tenías que explicarle que tú ya habías estado allí, que no habías visto ningún peligro y que el motivo de ir hasta allí no era el malacate sino al antiguo hospital porque lo que buscábamos era la resina de los aromos. Contando con la aprobación de mi madre, aunque no muy convencida, salíamos de casa por el callejón de Arroyo. Pasando por el edificio que hoy es museo, el llano del Paseo y por la calle San Ernesto y San David, llegábamos a la Plaza de España. En la esquina de la calle San Luis parece que hubo una fábrica de gaseosas y pasar por delante de la puerta me despertaba la curiosidad de mirar al interior y ver tantos artilugios. Dejando atrás el Casino Viejo subíamos por el puente Romano, para llegar a nuestra parada obligatoria cada vez que andábamos por allí, el Pilón de Sierra Bullones. Dónde practicamos el ritual que habíamos visto a tantos otros; meter las manos en el agua, o extendiéndolas para que nos cayera en forma de cascada desde la estructura, que como una pirámide coronaba la “piscina” de piedras.

También era característico el ruido del agua y el del cuarto de compresores que estaba por debajo. Entre la sombra de los pinos y el airecillo que llegaba cuando aflojaba la canícula, permanecíamos un rato disfrutando de vistas y ruidos. Nuestra meta estaba cerca, porque entre los restos que aún se conservaban del hospital, sobresalía unos impresionantes aromos que tenían lo que andábamos buscando, la resina para hacer pegamento. Si estaba a cierta altura intentamos subir por las ramas, pero cuando no, nos aupábamos unos a otros hasta alcanzar el preciado botín, que metíamos en una lata o envolvíamos en papel hasta llegar a casa.

Pero tener el pegamento era solo una parte. Había que buscar los gamones y el papel. El papel de envolver era el mejor, y el de los sacos de cemento también. Los gamones no aguantaba mucho por lo que lo sustituimos por tiras de cañas, que conseguíamos del mango de una vieja escoba. En Tharsis había verdaderos expertos fabricando pandorgas y barriletes.

Una vez construida había que probarla. Nuestra pista de vuelo era el cabezo de la Posada "La Posá". Cuando se levantaba un poco de brisa al caer la tarde, el lugar estaba muy concurrido. Otras veces la íbamos a volar al cabezo de los Chinos. También las vimos por la Era. Los percances más frecuentes es que estando a máxima altura se rompiera la cuerda, o se te escapara de las manos al pasársela a un colega. Una en la que puse mucho empeño y con la ayuda de mi padre, me quedo perfecta: La triangulación de los amarres superiores con el centro de las cañas; la longitud de la cola que se conseguía probando una y otra vez, añadiendo o quitando trapo; el decorado con unas imágenes de películas, de las octavillas que se repartían por Tharsis anunciando los estrenos. Cuando le solté todo el hilo que había conseguido de las mangueras de agua, se movía majestuosamente allá en lo alto, por encima de las casas de Casas Nuevas. La ligera brisa y la maestría adquirida en su construcción, hacía que bailara graciosamente. Si la cabeza se movía a la izquierda, trasladaba el movimiento al extremo de la cola que se movía a la derecha, y así vuelta a empezar, ahora a derecha y la cola a izquierda. Este movimiento nos cautivaba. Qué poco se necesitaba para divertirnos.

Pero a la hora de recogerla surgió la tragedia. Un ligero viento, cuando estaba cerca del suelo, la enganchó en los cables del tendido eléctrico. Tirando del hilo y la cola, no hice más que enredarla.

Acudí en busca de mi padre para que me ayudara a rescatarla, pero fue imposible. Al día siguiente fui testigo del final de mi pandorga, acabar abrasada. Un obrero de la Compañía, provisto de una vara, especie de hisopo gigante, prendía la punta impregnada en gasolina, que acercándola a nuestra pandorga se consumió al instante. Regresé triste a casa, pero decidido a hacer otra.


José Gómez Ponce

Junio 2022

martes, 29 de marzo de 2022

SOBRE LA DOCUMENTACIÓN DE ERNEST DELIGNY Y OTROS PROYECTOS

 


A meses del homenaje del pasado 29 y 30 de octubre, el proceso de digitalización de la documentación continúa. Parte de ella ya disponible en la biblioteca digital, y que por motivos imprevistos el resto aún no se ha podido finalizar, pero continúa a buen ritmo. https://archivohuelva.oaistore.es/opac/index.php?codopac=OPPUR 

También me informan, que se está trabajando en facilitar todos los enlaces disponibles, para que se pueda consultar por Internet cuanta información escrita exista sobre Deligny.

Cuando esté completada, vía digital, toda la documentación que los bisnietos de Deligny tuvieron a bien entregar a la ciudad de Huelva, se habrá dado un paso definitivo para conocer la trascendencia de la labor de este ingeniero francés. En una provincia, Huelva, y en una comarca, el Andévalo, donde las comunicaciones se establecían por caminos de herradura.

Esta documentación va a incrementar los importantes fondos de la biblioteca digital del Archivo Municipal de Huelva, que a su vez se incluye en el patrimonio bibliográfico español, y puede ser consultada desde la web del Ministerio de Educación. Así cómo desde la biblioteca digital europea, Europeana.

En definitiva, la documentación de quién dio nombre, primero a una mina y después a un pueblo, va a estar disponible en un importante archivo que puede ser visitado por quiénes se interesen por nuestra historia.

Este legado de Deligny, disponible para las generaciones futuras, lo mantendrá siempre unido a la revelación de un pastor y a las minas de Tharsis.


No menos importante para nuestra historia fue la aportación británica. Algunas pinceladas he puesto por este medio al respecto. Dónde campesinos, provenientes de los pueblos de alrededores, se convirtieron en mineros y consiguieron que la Compañía de Tharsis en 1873 fuera la compañía minera más importante del mundo.

Entre estos logros de los británicos está la construcción del ferrocarril, el segundo de la provincia, el primero fue el del Buitrón a San Juan del Puerto. Con un recorrido de 47 km, llegaba hasta Corrales cargado de mineral para ser exportado desde el muelle minero, que afortunadamente se conserva.

Aunque el primero de la Compañía se estableció aguas abajo del Odiel, cerca de Gibraleón, el Charco. Y el mineral llegaba a lomos de caballería.

Si de algo hicimos gala desde Amigos de Tharsis ha sido de la importancia de recuperar el ferrocarril minero. Acabada la actividad en los tres Centros en 1999, una forma de contribuir al desarrollo económico hubiera sido esa recuperación para fines turísticos. Y porque la ubicación de la estación, junto a otros departamentos de la actividad minera, hubiera convertido el lugar en un importante museo al aire libre.

Pero ahora, en 2022, es la Diputación de Huelva quién dice patrocinar la creación del "Tren Turístico Minero", en colaboración con los Ayuntamientos de Tharsis, Alosno y San Bartolomé. La misma Diputación que en 2002 dijo que no le interesaba ni el trazado ferroviario, ni la maquinaria, ni las herramientas, ni las instalaciones del ferrocarril. Ver para creer. Hipocresía en estado puro. ¿O es que desde Europa mandan fondos de donde trincar y poder colocar a los paniaguados de turno?

Lo que tiene que informar Diputación es de donde partiría ese futuro tren, después que haya visitado la estación de Tharsis y comprobado el estado ruinoso, peligroso, y saqueado, de todas las instalaciones.


José Gómez Ponce

Marzo 2022